El presidente Donald Trump ha ordenado una investigación sobre el uso del «autopen» durante el mandato de Joe Biden, sosteniendo sin pruebas que este mecanismo fue utilizado para ocultar un supuesto deterioro cognitivo de Biden. La polémica medida surge tras una serie de teorías conspirativas difundidas por Trump, quien afirma que parte del equipo de Biden firmaba documentos cruciales en su nombre, desatando una controversia sin precedente en la política estadounidense. Trump, quien aún no reconoce su derrota en las elecciones de 2020, ha iniciado esta pesquisa argumentando que se trata de descubrir un escándalo constitucional.
La fiscal general, Pam Bondi, ha recibido instrucciones para llevar adelante esta investigación, que podría implicar la revisión y posible invalidación de decisiones ejecutivas tomadas durante la administración de Biden. Esta acción se percibe como un intento de Trump por desacreditar el legado de su predecesor, a pesar de la falta de fundamentos en sus acusaciones. La Casa Blanca emitió un comunicado resaltando la legalidad del uso del «autopen», respaldado desde administraciones anteriores, como las de George W. Bush y Barack Obama. Sin embargo, la iniciativa de Trump busca sembrar duda y socavar la credibilidad de las decisiones políticas adoptadas en su segundo mandato.
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