En un inusual silencio, el presidente ha pasado seis días sin realizar declaraciones o comparecencias públicas, lo que ha generado un creciente interés en la nación. Durante este período, la atención ha estado centrada en sus manos, alimentando especulaciones y teorías en las redes sociales. Este comportamiento ha marcado una diferencia drástica respecto a su comunicación habitual, en la que mantiene un contacto constante con los medios. Analistas políticos sugieren que su ausencia podría ser una estrategia deliberada o una señal de cambios significativos en su administración.
El interés público por las manos del mandatario ha alcanzado niveles de obsesión, con fotografías y videos circulando ampliamente en internet. Este fenómeno ha impulsado debates sobre la importancia de la imagen y la comunicación no verbal en la política contemporánea. Algunos expertos indican que podría tratarse de una cuestión de salud, mientras que otros lo consideran una distracción intencionada. La falta de información oficial ha dejado el terreno abierto a la especulación, manteniendo al país en un estado de incertidumbre y expectación.
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