A medida que se acercan las elecciones presidenciales de Estados Unidos programadas para el 5 de noviembre de 2024, el ex presidente Donald Trump ha logrado reducir significativamente la ventaja inicial que mantenía la vicepresidenta Kamala Harris. Según las encuestas más recientes, Harris se mantiene al frente con apenas un estrecho margen del 0,9% sobre Trump en el voto popular, ganando el 49,2% del electorado frente al 48,3% para Trump. Sin embargo, analistas señalan que este margen de victoria en el voto popular podría no ser suficiente para asegurar la Casa Blanca debido al decisivo sistema del Colegio Electoral. En este contexto, proyecciones indican que Trump podría asegurar la victoria con 312 votos electorales, capturando estados clave como Pensilvania, Wisconsin y Michigan, todos parte del tradicionalmente demócrata «Muro Azul».
Estos avances no solo reflejan un cambio importante en las tendencias de los votantes, sino que también resaltan la vulnerabilidad de los demócratas en los denominados estados «campos de batalla». Trump, quien ya ganó esos bastiones en 2016, mantiene ventajas en Arizona, Georgia, Carolina del Norte y Nevada, todos considerados cruciales para determinar el resultado final. El pronóstico electoral de Decision Desk HQ/The Hill amplifica la preocupación demócrata al otorgar a Trump un 52% de probabilidades de ganar, revirtiendo unas cifras que a finales de agosto daban a Harris mejores perspectivas. Con su creciente fortaleza en estados indecisos y un Colegio Electoral que le favorece, Trump parece estar bien posicionado para replicar su victoria de 2016.
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