El presidente de Estados Unidos ha señalado a Europa como responsable de los altos precios de los medicamentos en su país, argumentando que las políticas de precios del continente permiten que las farmacéuticas obtengan beneficios más bajos en el mercado europeo. En un contundente discurso, afirmó que esta situación obliga a los consumidores estadounidenses a pagar precios excesivos, y anunció su compromiso de tomar medidas que impulsen a las empresas farmacéuticas a equilibrar estas diferencias.
La estrategia propuesta por el mandatario incluye que las farmacéuticas aumenten sus precios en Europa, con el objetivo de reducir la carga económica sobre los pacientes estadounidenses. Esta medida ha generado intensos debates y reacciones en ambos lados del Atlántico, con críticos que advierten sobre el impacto que podría tener en el acceso a medicamentos en Europa y las posibles repercusiones diplomáticas de tal decisión. La administración busca generar un cambio que suponga un alivio para los consumidores estadounidenses, enfrentándose a la complejidad del comercio internacional y la regulación de precios en la industria farmacéutica.
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