En medio de una creciente incertidumbre económica, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a arremeter contra el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, generando controversia en los mercados financieros. Trump, conocido por sus declaraciones contradictorias, sugirió en días anteriores su intención de destituir a Powell. Sin embargo, más tarde negó tener planes para su cese. Estas fluctuaciones en sus declaraciones han intensificado las preocupaciones sobre la independencia de la Reserva Federal y han contribuido a una caída significativa en el valor del dólar, alcanzando su nivel más bajo en tres años frente al euro. Pese a la presión, Trump insiste en que Powell debería mostrar mayor iniciativa en la reducción de los tipos de interés para estimular la economía.
La política económica y comercial de Trump está siendo objeto de críticas, atribuyéndosele la ralentización del crecimiento económico y el aumento de la incertidumbre en el país. Mientras el Fondo Monetario Internacional ha reducido su previsión de crecimiento para Estados Unidos al 1,8%, las constantes amenazas y cambios bruscos de Trump en relación a Powell han sembrado dudas sobre el futuro liderazgo del banco central. Aunque la destitución de Powell antes del término de su mandato oficial es legalmente complicada, los continuos ataques del presidente sugieren una búsqueda de chivos expiatorios para el debilitamiento económico que enfrenta Estados Unidos, una estrategia ya conocida de su administración anterior. Con Wall Street tambaleándose y la posibilidad de recesión en aumento, la situación plantea desafíos significativos para la estabilidad económica y la política monetaria del país.
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