La llegada de una guerra comercial ya es una realidad palpable y lo ha hecho antes de lo esperado. En solo tres semanas desde que asumió el poder, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha implementado aranceles del 25% a las importaciones de Canadá y México, exceptuando el petróleo y los productos energéticos canadienses que se verán gravados con un 10%. Además, las importaciones provenientes de China enfrentarán un gravamen adicional del 10%.
Este brusco giro de los acontecimientos ha sembrado incertidumbre en los mercados internacionales, con especialistas advirtiendo que las repercusiones de estas medidas impactarán a todos los países involucrados. Según Philip Marey, estratega senior de Rabobank para EE.UU., «Trump ha puesto fin al autoengaño en los mercados y la política sobre las amenazas arancelarias. Ahora son una realidad».
El impacto de esta política arancelaria en las economías de EE.UU., Canadá y México es significativo. Las medidas de Trump afectan al 45% de todas las importaciones estadounidenses, lo que se traduce en una potencial ralentización del crecimiento económico. De acuerdo con Oxford Economics, los aranceles podrían restar 0,7 puntos porcentuales al PIB de EE.UU. en 2025, mientras se espera un incremento en el desempleo y la inflación en las tres naciones norteamericanas, acompañados por una posible subida de los tipos de interés debido a la incertidumbre económica.
Aunque el panorama parece complicado, algunos expertos consideran que estos aranceles no permanecerán totalmente vigentes a largo plazo. Se especula que el gobierno de EE.UU. podría introducir exenciones para ciertos sectores económicos, incluyendo materiales de construcción y equipos de transporte.
Ante este panorama, las respuestas de Canadá y México no se han hecho esperar. Canadá ha anunciado medidas de represalia, imponiendo aranceles del 25% sobre productos estadounidenses como alcohol, ropa, electrodomésticos y madera. Este movimiento busca mitigar el impacto de los nuevos gravámenes de EE.UU. Asimismo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha afirmado que su gobierno también tomará medidas, aunque no se han detallado aún.
Estas represalias podrían exacerbar la crisis comercial, afectando a sectores clave de la economía estadounidense que dependen de las exportaciones a Canadá y México. Además, Europa también está en el centro de atención, ya que Trump ha insinuado que su política arancelaria podría incluir a la Unión Europea y al Reino Unido, lo que ha generado preocupación entre analistas.
Naeem Aslam, de Zaye Capital Markets, advierte que la incertidumbre derivada de una guerra comercial prolongada podría impactar negativamente en el mercado de acciones europeo y en la estabilidad económica global. La posibilidad de tensiones arancelarias ha generado ya efectos en los mercados de divisas, con una caída en el EUR/USD tras la amenaza de represalias por parte de la Unión Europea.
Las advertencias de los analistas son claras. Ipek Ozkardeskaya, analista de Swissquote Bank, prevé que los aranceles de Trump generarán consecuencias adversas que acabarán en «lágrimas para todos», añadiendo volatilidad y caos a los mercados financieros. Aunque la política de «América Primero» busca beneficiar la producción nacional, Ozkardeskaya señala que el resultado podría ser «América Sola», aislada en el comercio global.
En conclusión, la decisión de Trump de imponer estos aranceles masivos ha desestabilizado los mercados financieros, provocando caídas bursátiles y tensiones con sus principales socios comerciales. Canadá y México ya han implementado represalias, y la Unión Europea podría ser el próximo objetivo del presidente estadounidense, ante lo cual no se descarta que el crecimiento económico global sufra las consecuencias en los próximos años. La incertidumbre se encuentra en un nivel sin precedentes y se auguran más desarrollos en esta turbulenta guerra comercial en el futuro cercano.