El gobierno del presidente Joe Biden dio un paso significativo en su compromiso con el medio ambiente al aprobar el año pasado un ambicioso plan para reducir gradualmente el uso de plásticos de un solo uso en los departamentos gubernamentales de Estados Unidos. Esta estrategia busca mitigar el impacto ambiental de estos materiales, que son uno de los principales contaminantes del mundo. La medida es considerada un avance importante en la lucha contra la contaminación por plásticos, y se espera que inspire a otras entidades y sectores a adoptar prácticas más sostenibles. La implementación del plan incluye la sustitución de plásticos por alternativas biodegradables y la promoción de una cultura de reciclaje y reutilización dentro del aparato gubernamental.
La decisión de reducir los plásticos es parte de una serie de iniciativas más amplias de la administración Biden para abordar el cambio climático y proteger los recursos naturales del país. Al restringir el uso de estos materiales en las operaciones gubernamentales, el plan no solo busca minimizar el desperdicio, sino también establecer un precedente de responsabilidad ecológica en la gestión pública. Esta iniciativa ha sido ampliamente respaldada por grupos medioambientales, pero también ha enfrentado críticas de algunos sectores industriales que advierten sobre los posibles costos económicos de la transición. Sin embargo, el gobierno federal mantiene que los beneficios ambientales a largo plazo superarán las dificultades iniciales, promoviendo de esta manera un modelo más sostenible para las generaciones futuras.
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