En un discurso reciente, el presidente de Estados Unidos afirmó que la ciudad está «bajo asedio por ataques de Antifa y otros terroristas». Estas declaraciones surgen en medio de crecientes tensiones debido a protestas y disturbios que han sacudido varias ciudades del país. El mandatario ha señalado a estos grupos como responsables de desestabilizar el orden público, llamando a una respuesta más contundente por parte de las fuerzas de seguridad para restaurar la paz y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
La situación ha generado un intenso debate entre líderes políticos y defensores de derechos civiles. Mientras algunos apoyan las medidas propuestas por el presidente, otros acusan al gobierno de emplear tácticas de miedo para justificar acciones represivas y limitar la protesta pacífica. El conflicto en las calles refleja una división más profunda en la sociedad estadounidense, que sigue enfrentando desafíos significativos en temas de justicia social y libertad de expresión. Observadores internacionales vigilan de cerca la evolución de los eventos, preocupados por el impacto de estas tensiones en la estabilidad global.
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