El fiscal general adjunto de Estados Unidos, Todd Blanche, ha finalizado su segunda jornada de entrevistas con Ghislaine Maxwell, condenada a 20 años por su complicidad en los delitos sexuales del fallecido Jeffrey Epstein. Las reuniones se llevaron a cabo en una cárcel federal de Tallahassee, Florida. Este proceso ha incrementado el escrutinio sobre la Administración de Trump, especialmente por su gestión de los documentos relacionados con Epstein y la decisión de no hacer pública información supuestamente comprometedora acerca de figuras poderosas. Las entrevistas de Blanche, que abarcaron un total de nueve horas, buscan esclarecer detalles de la red delictiva de Epstein y han despertado especulaciones sobre un posible indulto para Maxwell, algo que Trump, durante su reciente viaje a Escocia, no descartó categóricamente, avivando así la especulación política.
En su viaje, que mezcla actividades privadas y oficiales, Trump enfrentó cuestionamientos sobre el caso Epstein y su relación con Maxwell. Aunque intentó restar importancia al asunto, sus declaraciones ambiguas sobre un potencial perdón a Maxwell han provocado un aluvión de especulaciones. Este tema ha generado tensiones entre los seguidores del movimiento MAGA, quienes expresaron su descontento ante la posibilidad de un indulto. Trump, además, se ha distanciado de su relación pasada con Epstein, comparando su implicación con la de otros personajes influyentes, como el expresidente Bill Clinton. Mientras tanto, Maxwell, durante su entrevista, reveló un centenar de nombres, sin que aún se conozca la naturaleza de estos. Su abogado insiste en que no se han pedido concesiones a cambio, aunque reconoce que cualquier ayuda sería bienvenida.
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