El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su guerra comercial al anunciar un inesperado arancel del 35% a Canadá, un importante socio comercial. En una carta dirigida al primer ministro canadiense, Mark Carney, Trump justificó la medida como respuesta a lo que calificó como insuficientes esfuerzos de Canadá para detener el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos. Esta decisión representa una escalada en la política arancelaria de Trump desde su regreso a la Casa Blanca hace seis meses y levanta incertidumbres sobre las relaciones comerciales entre ambos países, especialmente considerando la vigencia del Tratado de Libre Comercio México-Estados Unidos-Canadá (TMEC).
La maniobra a Canadá se suma a una serie de cartas enviadas por Trump a 22 países, advirtiendo de gravámenes comerciales que oscilan entre el 20% y el 40%. Brasil ha sido otro de los afectados, con un arancel del 50%, castigado por el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro, lo que Trump describe como una “caza de brujas”. Esta estrategia de presión mediante correspondencia ha dejado al comercio global en un estado de incertidumbre, con la administración Trump sugiriendo cambios constantes en sus políticas. A pesar de haber mencionado horas antes una posible reducción de las tasas, la nueva ofensiva arancelaria revela la naturaleza errática de su enfoque económico.
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