En una demostración de firmeza frente al tema migratorio, Donald Trump ha celebrado sus primeros 100 días en la Casa Blanca con nuevas órdenes ejecutivas dirigidas a intensificar la detención y deportación de indocumentados. A través de un decreto, el presidente ha señalado a las ciudades santuario, que resisten los operativos federales, buscando involucrar a policías y militares en la aplicación de la ley de inmigración. Trump ha ordenado al Departamento de Justicia identificar las entidades que no colaboran, instruyendo acciones legales contra esas jurisdicciones. Además, su administración ha cerrado acuerdos con bufetes jurídicos para defender de manera gratuita a los oficiales acusados de abuso policial, fortaleciendo así la protección de las fuerzas del orden.
Por otro lado, la militarización de la frontera sur con México se ha intensificado con el despliegue de 6,000 soldados encargados de vigilar el flujo migratorio. Tom Homan, el encargado del control fronterizo, calificó el operativo como un «éxito sin precedentes», destacando la reducción de cruces ilegales. En tanto, la Casa Blanca enfrenta críticas por la detención de la jueza Hannah Dugan, acusada de obstruir arrestos migratorios, un episodio que ha avivado las tensiones entre los diferentes poderes del Estado. A modo de celebración, se han colocado fotografías de inmigrantes detenidos en los jardines de la residencia oficial, subrayando el enfoque de la administración en su política migratoria.
Leer noticia completa en El Pais.