El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha emitido una orden ejecutiva para incrementar la intervención militar en tareas de seguridad ciudadana en ciudades de mayoría demócrata, percibidas por él como hostiles. Esta medida, que no es meramente retórica, instruye al Pentágono a adiestrar a la Guardia Nacional en cada Estado para sofocar disturbios civiles y garantizar la seguridad pública. La orden también contempla la creación de grupos de intervención rápida en la capital del país, destacando la importancia de responder ágilmente a emergencias. Este movimiento sigue a un despliegue anterior en Washington D.C., donde las fuerzas federales han asumido el control de la seguridad, suscitando controversia.
En medio de estas acciones, Trump ha amenazado con implementar medidas similares en otras ciudades controladas por demócratas, citando altos niveles de delincuencia como justificación para su despliegue militar. Aunque ha mencionado específicamente a Chicago y Nueva York, el presidente no ha aclarado si avanzará en estas intervenciones sin una solicitud explícita de los gobiernos locales. Además, la orden incluye una prohibición de la libertad bajo fianza gratuita, argumentando que tal práctica elimina incentivos para que los acusados asistan a sus juicios. Trump defiende que el control federal ha reducido significativamente la delincuencia en Washington, aunque las estadísticas cuestionan esta afirmación.
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