El proceso de paz en Ucrania enfrenta una grave crisis debido a la reciente demanda del presidente de Estados Unidos, quien ha instado a Kiev a aceptar la presencia rusa en parte de su territorio como parte del acuerdo. Esta propuesta ha generado tensiones políticas significativas dentro de Ucrania y entre sus aliados occidentales, quienes ven la exigencia como una concesión inaceptable que podría legitimar la ocupación rusa y debilitar la soberanía ucraniana. Mientras tanto, el gobierno ucraniano ha manifestado su firme rechazo a cualquier acuerdo que implique ceder territorio, argumentando que tal acción sería una traición a los principios de integridad territorial sancionados por la comunidad internacional.
El presidente de Ucrania ha reiterado su compromiso con una resolución pacífica del conflicto, pero ha subrayado que cualquier acuerdo debe respetar las fronteras reconocidas internacionalmente. A su vez, varios países europeos han mostrado su apoyo a la postura de Ucrania, lo que complica aún más las conversaciones con Washington. La situación ha despertado temores de una posible escalada militar si no se encuentran soluciones diplomáticas aceptables para ambas partes. En este contexto, expertos en relaciones internacionales advierten que el estancamiento de las negociaciones podría prolongar aún más el sufrimiento humanitario en la región, afectando a miles de civiles en las zonas de conflicto.
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