El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso este martes la expulsión de 1,5 millones de palestinos de Gaza, con un reasentamiento permanente en otros países de la región, durante una reunión con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la Casa Blanca. Trump presentó su plan como una solución ante lo que describió como condiciones inhumanas y peligrosas en Gaza, al calificar la franja como «una montaña de escombros» que no será habitable en menos de 10 a 15 años. Esta propuesta ha generado rechazo contundente entre palestinos y países árabes, quienes temen que se trate de una limpieza étnica similar a la Nakba de 1947-1949. La propuesta de Trump ha recibido, sin embargo, apoyo dentro de Israel y entre políticos de derecha, reflejando una división profunda sobre las futuras políticas en la región.
La reunión entre Trump y Netanyahu también se centró en el conflicto nuclear con Irán y en la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudí, asuntos prioritarios para ambos líderes. Trump firmó una orden ejecutiva para volver a la era de «máxima presión» sobre Irán, mientras que Netanyahu busca medida conjunta para actuar contra el programa nuclear iraní. Además, ambos líderes discutirán cómo reactivar las relaciones personales tras la tensión originada cuando Netanyahu felicitó a Joe Biden en 2020. En paralelo, Arabia Saudí, junto con otros países, ha presentado una carta a Trump ofreciendo alternativas a la reubicación forzada de la población palestina, insistiendo en que normalizarán relaciones con Israel solo cuando haya un camino hacia la creación de un Estado palestino. Estas conversaciones son cruciales para definir el clima político en Oriente Próximo y sus implicaciones globales.
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