El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha consolidado su enfoque proteccionista, desafiando abiertamente el orden económico global con una serie de aranceles que entrarán en vigor esta semana. En un intento por repatriar la manufactura y ejercer presión, Trump ha implementado tarifas adicionales del 50% sobre la India debido a sus compras de petróleo ruso, y amenaza con imponer un arancel del 100% a las importaciones de semiconductores, excepto para aquellas empresas que produzcan dentro de EE UU. Esto coincide con la decisión de Apple de invertir 100.000 millones de dólares en el país, proporcionando así un espaldarazo a sus políticas.
Este clima de incertidumbre genera reacciones mixtas en la comunidad internacional. Mientras Corea del Sur celebra las excepciones logradas, la industria filipina se ve amenazada por las posibles consecuencias devastadoras. En Europa, el desconcierto prevalece con la inminente implementación de aranceles del 15% sobre sus productos, y se especula sobre las futuras sanciones a Rusia. La UE busca contrarrestar esta situación ampliando sus alianzas comerciales, como acuerdos recientes con Indonesia y aspiraciones similares con India, mientras intenta mitigar el impacto de un foco constante de incertidumbre proveniente de Washington. Las cifras parecen darle un respaldo a Trump, con un aumento significativo en la recaudación de impuestos, aunque persisten preocupaciones sobre la inflación y su impacto en los consumidores.
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