El presidente de Estados Unidos ha implementado nuevas restricciones de viaje que afectan a un total de 12 países, prohibiendo la entrada de inmigrantes desde naciones como Afganistán, Birmania y Eritrea. La acción se formalizó mediante una orden ejecutiva firmada el miércoles, que busca frenar la llegada de ciudadanos de estas regiones. Además, la medida también limita la entrada de personas procedentes de otros siete países, entre los que se encuentran Cuba y Venezuela, aumentando así la tensión en las políticas de inmigración del país.
Con estas restricciones, la administración Trump reitera su enfoque en la seguridad nacional, un tema que ha sido central durante su mandato. Los críticos de esta orden ejecutiva argumentan que dichas medidas afectan a miles de personas que buscan asilo y refugio, enfatizando el impacto humanitario de tales decisiones. La comunidad internacional observa de cerca las repercusiones de esta política, que podría redefinir el panorama migratorio en Estados Unidos para el futuro cercano.
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