El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha oficializado un arancel del 25% sobre los productos importados desde México, en un movimiento que busca presionar a México, Canadá y China a cumplir compromisos relacionados con el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo, y la inmigración ilegal. La medida, anunciada en redes sociales, entra en vigor el 4 de febrero, afectando al 80% de las exportaciones mexicanas que, en 2024, alcanzaron más de 466,000 millones de dólares en ventas al mercado estadounidense. Expertos advierten que esta decisión podría debilitar el Producto Interior Bruto (PIB) de México, reducir el comercio bilateral y depreciar la moneda mexicana, en un intento por proteger a los estadounidenses de lo que Trump describe como una “crisis” en relación al tráfico de drogas.
La administración de Trump justifica el arancel bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, enfatizando su compromiso de responsabilizar a México, Canadá y China por el flujo de drogas hacia Estados Unidos. Sin embargo, el impacto no solo se limita a restricciones comerciales, sino que también provoca tensiones diplomáticas con México, donde la presidenta Claudia Sheinbaum y su gobierno esperaban evitar este tipo de conflicto a través del diálogo. México argumenta que los aranceles solo resultarán en una espiral inflacionaria que afectará a los consumidores estadounidenses, con la Secretaría de Economía estimando un costo adicional de más de 10,000 millones de dólares para el mercado estadounidense. El gobierno mexicano, al mostrar unidad y fortaleza, insiste en la arbitrariedad de esta medida comercial y advierte de las consecuencias económicas adversas que podrían derivarse.
Leer noticia completa en El Pais.