En un evento sin precedentes en la historia reciente de las ceremonias inaugurales en Estados Unidos, líderes internacionales no pertenecientes a las jefaturas de sus respectivos gobiernos han sido invitados a la toma de posesión del presidente electo Donald Trump. Entre los asistentes se encuentra Santiago Abascal, líder del partido español Vox, quien acudirá en representación de «Patriotas por Europa», una formación que incluye a figuras prominentes de la política europea como Viktor Orbán y Marine Le Pen. Esta invitación ha generado revuelo en España, ya que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha sido convocado para el evento, algo que ha sido interpretado como un mensaje político por parte de la administración estadounidense. Además de Abascal, otros líderes internacionales como el presidente argentino Javier Milei, la primera ministra italiana Giorgia Meloni, y el mandatario salvadoreño Nayib Bukele, también han sido invitados de manera personal.
El Ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, ha respondido a esta situación sin emitir juicios de valor, señalando que Donald Trump tiene la libertad de invitar a quien considere pertinente. En este contexto, la representación oficial de España en la ceremonia recaerá en la embajadora Ángeles Moreno Bau, siguiendo la tradición de que las invitaciones formales se hagan a nivel personal más que a jefes de Estado o Gobierno. La presencia de líderes como Jair Bolsonaro y Nigel Farage en el evento subraya las conexiones de Trump con personalidades alineadas con posturas políticas de derecha a nivel internacional. Mientras tanto, la ausencia de Pedro Sánchez revela las complejidades diplomáticas y políticas que caracterizan las relaciones entre Estados Unidos y España en este periodo de cambios políticos globales.
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