El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, manifestó su entusiasmo este lunes por la llegada de un equipo negociador japonés de alto nivel a Washington para discutir sobre comercio. Sin embargo, simultáneamente intensificó su confrontación con China al criticar una vez más las represalias arancelarias del gigante asiático, reforzando su postura con la amenaza de imponer aranceles adicionales del 50%, llevando el total a un 104%. Trump enfrenta una presión creciente debido a la caída de las Bolsas, augurios de recesión y críticas dentro del Partido Republicano. A pesar de ello, permanece firme en su guerra comercial, buscando negociar desde una posición de fuerza; pero las represalias de China complican sus objetivos, colocando a su administración en una encrucijada sobre cómo proceder sin dañar más la economía.
La estrategia comercial de Trump ha encendido alarmas en el mercado financiero. Mientras en Wall Street se oyen advertencias sobre los efectos perjudiciales para la economía general, figuras del mundo financiero como Jamie Dimon y Bill Ackman han exigido una reevaluación de las tarifas impuestas, sugiriendo un período de 90 días para renegociar y calmar las tensiones comerciales. Ackman, en particular, temen que la postura arancelaria de Trump provoque un «invierno económico nuclear». La situación recuerda a crisis pasadas, y se especula que el indicio de una tercera recesión global podría estar simbolizado por los polémicos carteles de aranceles «recíprocos» defendidos por Trump. Mientras tanto, el clima de incertidumbre comercial, potenciado por las disputas arancelarias, amenaza con cambiar drásticamente la confianza mundial en Estados Unidos como aliado económico.
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