La administración de Donald Trump ha intensificado su política de inmigración y deportaciones, generando un enfrentamiento directo con los tribunales estadounidenses que podría escalar hasta la Corte Suprema. La controversia más reciente se centra en la deportación de 238 venezolanos, a quienes la administración acusa de ser miembros de la organización delictiva Tren de Aragua, hacia una cárcel en El Salvador sin un proceso judicial adecuado, a pesar de una orden judicial que detuvo el traslado. La Casa Blanca defiende sus acciones basándose en una ley del siglo XVIII diseñada para tiempos de guerra, argumentando que los aviones que transportaban a los deportados ya sobrevolaban aguas internacionales cuando la instrucción judicial fue emitida, lo que, según ellos, libra a la administración de toda responsabilidad. Mientras tanto, la Unión Estadounidense para las Libertades Civiles y otras organizaciones de derechos civiles argumentan que la detención y deportación sin el debido proceso socavan el Estado de derecho.
El caso de los venezolanos es solo una muestra de un patrón más amplio de desafíos legales y desalojos sumarios que la administración Trump ha promovido, respaldando su postura firme en contra de la inmigración ilegal, en ocasiones evadiendo órdenes judiciales con el argumento de seguridad nacional. Además, otros casos individuales, como el de Rasha Alawieh, han evidenciado una tendencia creciente a detener y deportar a inmigrantes legales bajo acusaciones de vínculos con grupos radicales, sin pruebas concluyentes. Estos hechos han sido criticados por organizaciones defensoras de derechos humanos, que denuncian una potencial conversión del sistema migratorio estadounidense en una herramienta de discriminación étnica y religiosa. La postura inflexible del gobierno republicano, aclamada por sectores de su base electoral, ha generado una reacción de preocupación entre los defensores del orden constitucional, previendo una «crisis constitucional» inminente si continúan ignorándose las delimitaciones judiciales establecidas.
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