La activista llegó este lunes al aeropuerto de Atenas, Grecia, tras ser deportada de Israel junto con un grupo de 135 miembros de la Global Sumud Flotilla. La flotilla, conocida por su misión de desafiar el bloqueo marítimo impuesto por Israel a Gaza, fue interceptada por las autoridades israelíes en aguas internacionales. El grupo internacional, compuesto por defensores de los derechos humanos de varios países, fue detenido y posteriormente expulsado del territorio israelí. La activista y sus compañeros han denunciado la intervención como un acto ilegal y un intento de silenciar la solidaridad internacional con la causa palestina.
La llegada de los deportados a Atenas ha generado reacciones en diversos círculos diplomáticos y de defensa de los derechos humanos. Los miembros de la Global Sumud Flotilla han sido recibidos por simpatizantes y organizaciones no gubernamentales en el aeropuerto, donde se realizaron declaraciones sobre la necesidad de respetar el derecho internacional y la libre navegación en el Mediterráneo. La situación plantea importantes interrogantes sobre las tensiones en la región y la postura de los gobiernos involucrados ante las acciones de activistas que desafían medidas de seguridad impuestas por Israel.
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