En un reciente discurso, el nuevo presidente ha señalado que la contribución de España a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es «muy baja», sugiriendo que el país podría desempeñar un papel más significativo dentro de la alianza militar. Durante su intervención, destacó la importancia estratégica de la OTAN en el actual contexto de seguridad global e hizo un llamado a revisar las políticas de defensa y los compromisos financieros de España con la organización. El mandatario enfatizó que incrementar la inversión en defensa no solo fortalecería la posición de España dentro de la OTAN, sino que también mejoraría su capacidad para enfrentar amenazas internacionales.
Esta crítica se produce en un momento en que las tensiones internacionales están en aumento y la OTAN está buscando una mayor cohesión entre sus miembros. El presidente argumentó que España debería aspirar a cumplir con el objetivo de la organización de que cada país destine al menos el 2% de su PIB a la defensa, una cifra que España aún no ha alcanzado. También subrayó que un mayor compromiso con la OTAN podría traer beneficios económicos y de seguridad a largo plazo para el país, al fomentar la cooperación internacional y contribuir a la paz y estabilidad global. Sus declaraciones han provocado un debate nacional sobre las prioridades presupuestarias y el papel de España en la defensa europea e internacional.
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