Durante un acalorado encuentro con la prensa, estalló una escena caótica cuando el presidente Cyril Ramaphosa fue interrumpido por gritos y exhibiciones de recortes de prensa. En un momento crítico, Ramaphosa intentaba dirigir la atención hacia su ministro de Agricultura, quien es blanco, buscando destacar logros significativos en el sector. Sin embargo, los periodistas se mostraron poco cooperativos, lo que generó una notable tensión en el ambiente. La situación se complicó aún más cuando las acaloradas voces opacaron los intentos de Ramaphosa por mantener el control del diálogo.
En medio del tumulto, Ramaphosa también intentó redirigir la conversación mencionando a legendarios golfistas que él admira. Sin embargo, sus esfuerzos por recalibrar la atención fueron en vano, ya que el tumulto mediático persistió y opacó cualquier discusión productiva. Este intercambio tenso destaca los desafíos que enfrenta el presidente al intentar comunicar temas clave sobre agricultura, mientras maneja una prensa impaciente y franca. La escena refleja no solo las tensiones raciales subyacentes en su administración, sino también las complicaciones de coordinar el diálogo entre el gobierno y los medios de comunicación.
Leer noticia completa en El Mundo.