La Casa Blanca ha anunciado que implementará nuevos aranceles comerciales a Canadá, México y China, una medida que entrará en vigor a partir de este sábado. Esta decisión marca un giro significativo en la política comercial de Estados Unidos y se espera que tenga repercusiones tanto a nivel nacional como internacional. Los aranceles se aplicarán a importaciones clave, y aunque aún no se han especificado los productos afectados, el anuncio ha generado preocupación entre los socios comerciales de Estados Unidos y en los mercados globales. La administración estadounidense sostiene que la medida busca proteger a las industrias locales de prácticas desleales y fortalecer la economía interna en un contexto global cada vez más competitivo.
Las reacciones no se han hecho esperar. Canadá, México y China han expresado su descontento con la decisión y se preparan para implementar contramedidas que podrían intensificar las tensiones comerciales. Los expertos advierten sobre el riesgo de una guerra comercial prolongada que podría afectar no solo a las economías de los países directamente involucrados, sino también al comercio global en su conjunto. Organismos internacionales y líderes empresariales han instado al diálogo y a la búsqueda de soluciones negociadas para evitar un escalamiento de las tensiones. En este clima de incertidumbre, tanto consumidores como empresas están atentos a los posibles impactos económicos y a la evolución de las relaciones diplomáticas.
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