El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha conmutado la condena de siete años de prisión impuesta a George Santos, un republicano conocido por falsificar su currículum y haberse visto envuelto en un caso federal de fraude electrónico y usurpación de identidad. Santos fue expulsado del Congreso tras ser considerado indigno de ocupar su escaño por múltiples mentiras, incluyendo su supuesta ascendencia de supervivientes del Holocausto. Trump utilizó su plataforma Truth Social para anunciar la medida, justificando su decisión al señalar que había precedentes peores dentro de la política, citando el caso del senador demócrata Richard Blumenthal, quien también mintió sobre sus antecedentes militares.
Santos, quien había ingresado a la prisión FCI Fairton en Nueva Jersey, había sido ordenado a pagar más de 370.000 dólares en concepto de indemnización. Su cercanía con las figuras del movimiento MAGA y su participación en eventos republicanos clave le aseguraron la simpatía de Trump. Al igual que otros individuos indultados previamente, como los procesados por el asalto al Capitolio, Santos ha sido beneficiado por una política de favores hacia quienes demuestran lealtad al partido y a Trump. Esta gracia presidencial ha generado reacciones mixtas, cuestionando el uso estratégico de los indultos como herramienta política.
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