El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha comenzado una gira crucial por Oriente Próximo con su llegada a Riad, donde ha sido recibido con un despliegue de lujo y ofertas económicas masivas que destacan el enfoque comercial de su visita. Con él viajan el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario de Defensa Pete Hegseth, así como una destacada delegación de empresarios encabezada por Elon Musk. Arabia Saudí, bajo el liderazgo del joven príncipe heredero Mohamed bin Salmán, ha prometido contratos por valor de 600.000 millones de dólares en los próximos cuatro años, mientras que los Emiratos Árabes Unidos ofrecen 1.400 billones de dólares en 10 años. Estas sumas reflejan la feroz competencia regional por asegurar acuerdos con Estados Unidos, en un momento en que las tensiones geopolíticas no parecen ser la prioridad en la agenda de Trump.
El mandatario participará en un foro de inversión entre Arabia Saudí y EE. UU., donde se espera que ofrezca un paquete de venta de armas valorado en más de 100.000 millones de dólares. Trump planea continuar su gira en Qatar y Emiratos Árabes Unidos, con la posibilidad de una escala en Turquía si se da un inusual encuentro entre Vladímir Putin y Volodímir Zelenski. La visita rememora su primer viaje en 2017, cuando rompió con tradiciones diplomáticas estadounidenses y fue recibido con promesas multimillonarias que luego no se concretaron en su totalidad. La grandiosidad del recibimiento y la promesa de acuerdos comerciales sustanciosos, valorados en un billón de dólares, alimentan la expectativa de beneficios para Trump, aunque el trasfondo de estos compromisos anteriores sugiere que el espectáculo podría opacar la sustancia real de los acuerdos.
Leer noticia completa en El Pais.