El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que designará a Antifa como una «organización terrorista», mediante una declaración en su red social, Truth. La medida surge en un contexto de tensas relaciones políticas en el país, exacerbadas por el reciente asesinato del líder juvenil MAGA, Charlie Kirk, a quien Trump era cercano. El presidente ha culpado a la «izquierda radical» de la violencia y manifestó su intención de investigar a quienes financian a Antifa. Sin embargo, dado que Antifa carece de una estructura organizada y es más un movimiento que una entidad formal, la viabilidad de esta designación es incierta. Antifa no puede ser incluida en la lista de organizaciones terroristas extranjeras del Departamento de Estado, lo cual complica las acciones legales que podrían tomarse en su contra.
El anuncio de Trump ha sido apoyado por algunos republicanos, como el senador Bill Cassidy, quien destacó que Antifa «se ha aprovechado de quejas legítimas para promover la violencia». Anteriormente, el exdirector del FBI, Christopher Wray, había señalado que Antifa es una ideología y no una organización, lo que dificulta su caracterización como grupo terrorista. Trump ya había amenazado con designar a Antifa de esta manera en 2020, tras las protestas por la muerte de George Floyd, lo que despertó críticas por la falta de concreción. La posibilidad de revocar la exención de impuestos de organizaciones liberales también ha sido planteada por Trump, aumentando la tensión en el escenario político estadounidense.
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