El intercambio de 2.000 prisioneros de guerra entre Rusia y Ucrania ha generado confusión en su inicio. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, anunció que el canje había sido completado, pero también aclaró que aún no se había hecho efectivo. Fuentes militares ucranianas indicaron a Reuters que el proceso está en marcha pero no finalizado. Este intercambio, el mayor desde el inicio del conflicto, es resultado de un acuerdo entre las delegaciones de ambos países durante una reunión en Estambul, donde se decidió que cada nación entregaría 1.000 prisioneros.
Las listas de prisioneros a intercambiar ya fueron enviadas por ambas partes, según confirmaron tanto el Kremlin como el gobierno ucraniano. Moscú entregó su lista a Kiev y recibió la correspondiente de Ucrania. Mientras tanto, los intercambios de prisioneros y cuerpos de militares fallecidos permanecen como uno de los pocos puntos de contacto eficaz entre los dos países. En un reciente intercambio, se devolvieron los restos de 909 militares a Ucrania y Rusia recibió los cuerpos de 34 combatientes. En paralelo, aunque se acordó continuar las conversaciones para una tregua, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, expresó dudas sobre la viabilidad de realizarlas en el Vaticano, sugiriendo que no sería un lugar adecuado para discutir las causas del conflicto.
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