En una movida que ha sacudido la política comercial global, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comunicó el martes un acuerdo comercial «gigantesco» con Japón, considerado por él como «el más grande de la historia». A través de su red social Truth, Trump destacó que Japón aceptó un arancel del 15% en todas sus exportaciones a EE. UU. El pacto incluiría inversiones japonesas por 550,000 millones de dólares en Estados Unidos, supuestamente generando cientos de miles de empleos. A pesar de la grandilocuencia del anuncio, no se han proporcionado documentos que detallen el acuerdo. Este desarrollo es parte de la compleja estrategia arancelaria de Trump, conocida por sus fluctuaciones y por ejercer presión sobre sus socios comerciales.
La estrategia de Trump también incluye acciones recientes como el envío de cartas imponiendo nuevas tarifas a varios países y una tregua prolongada en la guerra comercial que mantenía hasta el 1 de agosto. Japón, previamente sujeto a un arancel del 24%, recibió ahora una carga del 25%. Otros países también han visto incrementos arancelarios significativos, como Canadá, México y Brasil, este último fuertemente penalizado debido a la percepción de Trump sobre un juicio que considera inadecuado contra Jair Bolsonaro. Paralelamente, desde que inició su ofensiva comercial, Trump ha logrado cerrar acuerdos con Indonesia, Reino Unido y Vietnam, aunque algunos carecen de confirmación documental. La política comercial de Trump está marcada por su volatilidad y una serie de negociaciones complejas que han generado incertidumbre en sus relaciones exteriores.
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