En un contexto de creciente tensión política e ideológica en Estados Unidos, el gobernador de Utah ha hecho un llamado a la calma y la moderación. En declaraciones recientes, instó a la ciudadanía a no responder al odio con más odio ni a la violencia con más violencia, subrayando la importancia de la unidad y el entendimiento mutuo en momentos de polarización. Esta exhortación surge en un momento en que las divisiones políticas parecieran estar intensificándose a lo largo del país, con protestas y enfrentamientos cada vez más visibles.
Por su parte, el presidente enfocó su mensaje en la lucha contra el crimen, desestimando las preocupaciones sobre la retórica de la derecha radical. Según el mandatario, los grupos que son etiquetados como “radicales de derecha” simplemente desean un enfoque más firme para combatir la delincuencia. Su declaración refleja un intento de captar apoyo entre aquellos preocupados por la seguridad pública, mientras enfrenta críticas por no abordar, de manera más directa, los problemas relacionados con el extremismo. Ambos líderes, aunque desde perspectivas diferentes, tratan de influir en la narrativa política en medio de crecientes desafíos sociales.
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