El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió con imponer un arancel adicional del 10% a cualquier país que apoye las políticas del grupo BRICS, considerado un bloque geopolítico emergente integrado originalmente por Brasil, Rusia, India y China, y al que se han sumado países como Sudáfrica, Egipto e Irán, entre otros. La amenaza surge en el contexto de la cumbre del grupo en Río de Janeiro, Brasil, donde sus líderes se han reunido para debatir cuestiones como la reforma del sistema de gobernanza mundial y alternativas al FMI. Pese a la ausencia de Xi Jinping y Vladímir Putin, el encuentro busca fortalecer el multilateralismo y representa a casi la mitad de la población mundial y el 40% del PIB global.
Las declaraciones de Trump han sido rechazadas frontalmente por China y Rusia. Pekín cuestiona la efectividad de los aranceles como medida económica, mientras que Rusia defiende la cooperación BRICS como no dirigida contra otras naciones. En la cumbre, el presidente brasileño Lula da Silva destacó la relevancia del grupo en el contexto actual de tensiones globales, comparándolo con el Movimiento de Países No Alineados de la Guerra Fría. La expansión de los BRICS busca consolidar su influencia en la diplomacia global, presentándose como un contrapeso a los foros paralizados como el G-7 y el G-20, y reforzando su compromiso en temas cruciales como el cambio climático, en un momento en que Estados Unidos ha adoptado posturas más rígidas bajo la administración Trump.
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