El funeral del papa Francisco en la basílica de San Pedro del Vaticano ha servido como escenario para el reencuentro entre los presidentes de Ucrania y Estados Unidos. En una atmósfera de deshielo, Volodímir Zelenski y Donald Trump mantuvieron una conversación que las administraciones han calificado de «muy productiva», aunque sin especificar avances concretos. Pese al tono optimista inicial, las declaraciones de Trump más tarde sembraron dudas sobre las intenciones de Vladímir Putin en el conflicto, amenazando con nuevas sanciones contra Rusia. Durante el evento, ambos líderes intercambiaron opiniones sobre el conflicto en Ucrania, marcando un intento de acercamiento tras tensiones previas.
El encuentro en San Pedro, al que también asistieron líderes europeos como Emmanuel Macron y Keir Starmer, sugiere un esfuerzo renovado por mediar la paz. Sin embargo, las diferencias persistentes entre las propuestas de Estados Unidos y Europa, sumadas a las posturas firmes de Zelenski respecto a Crimea, ilustran la complejidad de la situación. A pesar de la reunión simbólica, las tensiones continúan, ya que las grandes divergencias sobre la legalización de territorios ocupados impiden un acuerdo definitivo. Mientras tanto, los combates en el terreno permanecen en Kursk, reflejando el complicado panorama de negociación entre las partes involucradas.
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