El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado su indignación por una serie de fallos técnicos ocurridos durante su visita a la sede de la ONU. Mientras subía una escalera mecánica con su esposa Melania, el aparato se detuvo repentinamente, un incidente que el mandatario no dudó en calificar como acto de sabotaje. Posteriormente, al iniciar su discurso en la Asamblea General, el teleprompter falló, obligándolo a improvisar. Trump expresó su desconcierto al tener que enfrentar estos desafíos, cuestionándose el mantenimiento de las instalaciones y sugiriendo que líderes mundiales podrían estar involucrados en lo que percibió como un ataque coordinado.
Además de los inconvenientes mencionados, Trump señaló que el sistema de sonido en el auditorio no funcionó adecuadamente, lo que afectó la transmisión de su mensaje a los asistentes. A pesar de estos problemas, el presidente destacó la buena recepción de su discurso, que describió como un mensaje audaz y crítico hacia las instituciones globales. La ONU, por su parte, atribuyó los incidentes a errores no intencionales, señalando que el parón de la escalera fue causado por un cámara de su propia delegación. La respuesta del organismo internacional apunta a minimizar las acusaciones de sabotaje, planteando que los problemas técnicos fueron gestionados por el personal de EE. UU.
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