El Real Madrid se impuso al Barcelona en el clásico disputado en el Bernabéu, dominando en efectividad y ocasiones, pese al intento del Barça de controlar el partido. El conjunto blanco mostró superioridad en ambos lados del campo, incluyendo la destacada actuación de su portero Szczesny, quien detuvo un penalti crucial a Mbappé. Aunque el Barcelona buscó generar peligro, la ausencia de figuras clave como Raphinha y Lewandowski, junto con la falta de definición de Lamine, dejó al Barcelona con pocas opciones ofensivas más allá del gol de Fermín, uno de los pocos aciertos visitantes.
El encuentro resaltó la fragilidad del Barcelona actual comparado con sus éxitos pasados, mientras que el Madrid se centró en consolidar su liderazgo en la Liga con una ventaja de cinco puntos. La expulsión de Pedri evidenció las tensiones del choque, y el Madrid, motivado por la necesidad de superar derrotas previas, se concentró en neutralizar a Lamine, considerado un elemento perturbador. Aunque ambos equipos no desplegaron su mejor versión, el clásico mantuvo la intensidad característica, reflejando la presión de ambos clubes por redefinir su posición en el fútbol europeo.
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