El sueño de Tyrese Haliburton de alzarse por primera vez con el título de la NBA se desvaneció de manera dramática durante el cuarto partido de la serie final. En un giro inesperado, el prometedor jugador sufrió una lesión que la audiencia no tardó en calificar de «escalofriante». Mientras su equipo luchaba en la cancha, Haliburton tuvo que retirarse visiblemente afectado, sin poder apoyar la pierna lesionada y con el rostro cubierto en lágrimas, bajo la conmoción de los presentes que temieron lo peor para la estrella joven de la liga.
Este desafortunado suceso ha dejado a los seguidores y al equipo de Haliburton en una situación incierta, no solo respecto a las posibilidades de conquista del título en esta final, sino también en torno al futuro inmediato del jugador. La lesión supone un duro golpe anímico tanto para la plantilla como para los aficionados que han seguido de cerca el ascenso de Haliburton en el baloncesto profesional. Mientras se espera un comunicado oficial sobre la gravedad de la lesión, el incidente pone en evidencia la fragilidad de una carrera deportiva en el más alto nivel de competición.
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