El partido de centroderecha Fianna Fáil emerge como ganador de las elecciones en Irlanda, con Micheál Martin a la cabeza, quien probablemente dirigirá un gobierno de coalición. Después de tres días de conteo de votos, Fianna Fáil ha asegurado 48 escaños, tras capturar el 21,86% del electorado, lo que no es suficiente para alcanzar la mayoría absoluta de 88 escaños en el Dáil, el parlamento irlandés. El partido conservador Fine Gael, liderado por Simon Harris, se sitúa en la tercera posición con 38 escaños, mientras que Sinn Féin, que llegó a las elecciones con una expectativa previa de victoria y arrastra varios escándalos recientes, obtiene 39 escaños con el 19,01% de los votos. A pesar de los resultados, ningún partido cuenta con mayoría propia, por lo que las negociaciones para la formación de una coalición se anticipan como arduas, con varios independientes mostrando interés en unirse al posible nuevo gobierno.
El escenario político irlandés tras estos comicios se enfrenta a posibles alianzas complejas que involucrarían a partidos como el Laborista, el Verde y los socialdemócratas, quienes han mostrado reticencias a unirse al gobierno. La necesidad de formar una coalición incluye negociaciones feroces, con el objetivo de definir la nueva estructura gubernamental antes del 18 de diciembre, aunque es probable que el proceso se extienda al nuevo año. Además, el gobierno entrante deberá considerar los cambios en los ingresos fiscales de Dublín como resultado de la política estadounidense, un desafío que Fianna Fáil y Fine Gael han prometido abordar con inversiones significativas en servicios públicos, criticando la falta de previsión del Sinn Féin en sus planes presupuestarios respecto a este tema.
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