Tomás Rufo dejó una impresión imborrable durante su participación en la sexta corrida de la Feria de Fallas en la Plaza de Valencia. Enfrentándose a los toros de Jandilla y El Parralejo, Rufo demostró su destreza y capacidad para manejar las dificultades que presentaron unos enemigos de poco peso y aún menos bravura. En su primer turno, Rufo sacó provecho de un novillo insuficiente en presencia con una serie de derechazos que arrancaron los aplausos del público. A pesar de las limitaciones del animal, el torero madrileño mostró rigor y ambición, desarrollando una faena que, aunque desigual, fue suficiente para conseguir oreja. Su segundo toro, ligeramente más imponente, permitió a Rufo desplegar un repertorio más completo, cimentado sobre un pitón derecho con el que firmó muletazos de calidad. Esta actuación le valió otra oreja y la salida por la puerta grande.
Por su parte, Roca Rey, una de las principales figuras del momento, también tuvo que lidiar con la falta de oponente adecuado en el ruedo. A pesar de esto, el peruano encontró la manera de imponerse con su habitual dominio y carisma, especialmente en su segundo toro, un remiendo que despertó entusiasmo en los tendidos pero recibió una sola oreja, decisión que generó desacuerdo en el propio torero. Mientras tanto, José María Manzanares logró cortar una oreja en el toro de apertura, aunque su actuación se caracterizó por una faena discreta y una estocada certera que, si bien le valieron trofeo, no alcanzaron a encumbrarse entre las más memorables de la tarde. En resumen, la jornada, marcada por la falta de bravura de los toros, no privó de destellos de calidad gracias al talento de los diestros, con Rufo llevando el protagonismo al salir a hombros por la puerta grande.
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