La muerte de Miguel Ángel Russo a los 69 años ha dejado un vacío significativo en el fútbol argentino, especialmente mientras se desempeñaba como técnico de Boca Juniors. Russo era un hombre cuyos logros y legado exceden las fronteras de cualquier estadio. Su carrera comenzó como un futbolista de una sola camiseta, defendiendo los colores de Estudiantes de La Plata, donde jugó todos los partidos de su trayectoria profesional de 1975 a 1988. Como centrocampista, fue una pieza fundamental bajo el mando de Carlos Salvador Bilardo, contribuyendo a los campeonatos argentinos de 1982 y 1983, y dejando una marca indeleble en el fútbol de aquella época.
Como entrenador, Russo dirigió en 16 clubes a lo largo de su carrera, dejando huella tanto a nivel nacional como internacional. Destacó por lograr la Copa Libertadores con Boca Juniors en 2007, un hito que cementó su leyenda entre los grandes del club. A pesar de que su salud se deterioró en los últimos años debido al cáncer, Russo continuó vinculado a su pasión, regresando a Boca Juniors por tercera vez hace apenas unos meses. La noticia de su fallecimiento provocó una ola de tributos y reconocimientos por parte de clubes y figuras del fútbol, quienes recordaron su legado y el impacto que tuvo en cada escuadra que lideró. La trayectoria de Russo es un testimonio de dedicación, esfuerzo y un amor inquebrantable por el fútbol.
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