El mundo de la tauromaquia llora la muerte de Cobradiezmos, un ejemplar mítico que marcó un antes y un después en la historia de los toros bravos. Fallecido el pasado 8 de octubre en la finca ‘Las Tiesas de Santamaría’ en Cáceres, Cobradiezmos deja un legado imborrable desde que fuera indultado en 2016 en la Plaza de la Maestranza de Sevilla. Conocido por su bravura y nobleza, este toro marcó a los aficionados en su inolvidable enfrentamiento con el matador Manuel Escribano. Durante sus ocho años como semental, engendró múltiples generaciones que aseguran su nombre perdurará en la célebre ganadería de Victorino Martín.
Cobradiezmos ha sido un símbolo de excelencia en la tauromaquia, reverenciado por su comportamiento en el ruedo y su impacto como reproductor en el campo. En la Real Maestranza de Sevilla, su proeza fue inmortalizada con un azulejo que rememora aquella tarde donde su indulto se logró aclamado por el público y autorizado por el presidente de la corrida. Tras su muerte, su imponente figura será disecada, continuando con el legado de los toros indultados que han sido admirados en la historia como Velador antes que él. Su contribución al linaje de toros bravos perpetuará la esencia de Cobradiezmos, recordado no solo como un ícono de su ganadería, sino también como un emblema de la tauromaquia.
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