En el reciente Product Marketing Summit celebrado en Denver, Liza Adams planteó un desafío que enfrenta el sector del marketing: la escasa representación de los especialistas en marketing en las juntas directivas de las empresas, a pesar de su potencial estratégico. De acuerdo con Adams, solo 41 miembros de los consejos de administración en las empresas Fortune 1000 son directores de marketing (CMOs), y menos del 3% cuentan con experiencia gerencial en marketing. Este escenario sugiere que el marketing continúa siendo percibido como una función mayormente táctica, centrada en campañas y publicidad, en lugar de una función estratégica integral.
La inteligencia artificial (IA) emerge como un catalizador que podría transformar esta percepción, mejorando y elevando el marketing de una función táctica a una fuerza estratégica real en las organizaciones. Gracias a la IA, los marketers pueden alinear prioridades y optimizar resultados, lo cual se traduce en una mayor visibilidad y reconocimiento en los niveles más altos de las empresas.
Adams identificó tres áreas clave en las que la IA puede apoyar a los marketers en asumir roles estratégicos: la segmentación y el targeting, el análisis competitivo y el liderazgo de pensamiento. A través de un ejemplo concreto, Adams describió su experiencia como CMO fraccional, donde ayudó a una empresa que había crecido rápidamente durante la pandemia pero ahora luchaba por mantener ese crecimiento. En lugar de expandir su enfoque, recomendó concentrarse en dos o tres segmentos específicos de mercado y profundizar en la comprensión de las necesidades de los clientes.
Para esta estrategia, se elaboró un mapa de calor basado en datos analizados mediante IA, permitiendo que el equipo ejecutivo visualizara claramente los segmentos de mercado más prometedores. La creación de este mapa supuso un esfuerzo significativo en la recopilación de datos, que incluyó tanto informes de mercado como entrevistas con clientes, así como el uso de herramientas de IA para procesar esta información.
La presentación de estos hallazgos a la dirección fomentó un debate colaborativo y enriquecido, superando las limitaciones de las perspectivas individuales. Esto llevó a un consenso entre los ejecutivos sobre los segmentos clave a los que enfocarse, logrando así una mayor alineación y efectividad en sus estrategias.
En definitiva, la IA no solo potencia el marketing de productos hacia un enfoque más estratégico, sino que también ofrece a los marketers la oportunidad de ocupar un lugar en la mesa directiva. Con ello, se desafía la visión de que su trabajo es únicamente táctico. La integración de tecnología y analítica en la toma de decisiones se revela fundamental para que los marketers demuestren su verdadero valor en el ámbito empresarial contemporáneo.