Una parte de la colección de joyas del Museo del Louvre ha sido trasladada al Banco de Francia bajo estricta vigilancia policial, cinco días después de un audaz robo en la Galería de Apolo. La decisión, confirmada por BFMTV, busca asegurar las piezas en un entorno de máxima seguridad, en un depósito subterráneo que alberga gran parte de las reservas de oro del país. Aún no se ha determinado cuándo regresarán las joyas a su exhibición en el museo, el más visitado del mundo.
Los investigadores, con más de 150 muestras de ADN y pruebas en análisis, se muestran optimistas sobre la identificación de los cuatro ladrones involucrados. La fiscal de París, Laure Beccuau, destacó que la videovigilancia de la ciudad ha sido crucial para rastrear las rutas de escape de los delincuentes. Su objetivo es recuperar las joyas, valoradas en 88 millones de euros, antes de que los ladrones puedan desmantelarlas. Beccuau confía en que la atención mediática servirá para disuadir a los criminales de alterar el botín y se manifiesta esperanzada en obtener resultados en los próximos días.
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