Donald Trump ha logrado una contundente victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, recuperando así la Casa Blanca y convirtiéndose en el 47° presidente del país. Clave en su triunfo fueron estados tradicionalmente demócratas, conocidos como el “Muro Azul”, tales como Pensilvania, Míchigan y Wisconsin, que dieron su apoyo al candidato republicano. Además, territorios como Florida, Carolina del Norte y Georgia se inclinaron hacia el rojo republicano, consolidando el regreso de Trump. Por su parte, Kamala Harris, la candidata demócrata, logró victorias en lugares como Virginia, California y Nueva York, pero estas no fueron suficientes para revertir la marea de apoyo hacia Trump en los estados bisagra. Además, el triunfo republicano se extendió al Senado, donde el partido de Trump recuperó el control con 51 escaños, consolidando así una contundente victoria electoral.
Durante su discurso de victoria en West Palm Beach, Trump expresó su agradecimiento hacia su familia, en especial a Melania Trump, y celebró lo que llamó el triunfo del “movimiento MAGA” (Make America Great Again). En sus declaraciones, reiteró promesas de campaña como la regulación de la inmigración e insistió en que esta nueva legislatura será «la época dorada de Estados Unidos», prometiendo rescatar la grandeza del país. Por otro lado, Kamala Harris, al conocer la derrota, decidió no pronunciarse hasta el día siguiente tras lo que fue una difícil noche electoral para los demócratas. Con este panorama, Trump se reafirma con un fuerte respaldo en el colegio electoral, con estados como Ohio y Florida prácticamente asegurados para el futuro republicano.
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