Los rebeldes sirios han iniciado la complicada tarea de reconstruir el país después de derrocar al régimen de Bachar al Asad, poniendo fin así a un largo conflicto que ha durado 13 años. Mohamed al Bashir ha sido designado como primer ministro provisional en un intento de guiar a Siria hacia un nuevo horizonte político. Este martes, Al Bashir asumió formalmente el liderazgo durante una sesión del Consejo de Ministros, acto del cual Al Asad estuvo ausente, ya que se presume huyó a Moscú. El nuevo líder, apoyado por el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), ha prometido la disolución de las autoridades de seguridad y la derogación de leyes antiterroristas, acción que busca enviar un mensaje de cambio al pueblo sirio y a la comunidad internacional.
Mientras tanto, la situación en Siria se complica con la intervención militar israelí. El Ejército israelí ha intensificado su presencia en la frontera con Líbano y llevado a cabo operaciones en el sur del país, afirmando que pretenden neutralizar potenciales amenazas del nuevo régimen sirio. Las fuerzas navales de Israel han destruido la flota siria en una operación a gran escala, alegando eliminación de amenazas provenientes de Siria. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha dejado claro que no tolerarán ninguna entidad terrorista extremista que ponga en riesgo a su nación. Este nuevo escenario plantea innumerables desafíos para Al Bashir y el conglomerado rebelde, dado que deben gestionar tanto las tensiones internas como las presiones externas para estabilizar y reconstruir Siria.
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