La menopausia, tradicionalmente percibida como el final de la vida fértil de una mujer, está empezando a ser entendida como una etapa de renovación. Desde la perimenopausia, que comienza normalmente entre los 40 y 50 años, hasta la menopausia misma —marcada por un año sin menstruación—, el cuerpo femenino atraviesa una reconfiguración hormonal significativa. Este proceso, lejos de ser un signo de debilidad, requiere una adaptación a nuevos niveles de estrógeno y progesterona, lo que puede influir en el estado de ánimo, el sueño y el metabolismo. Comprender estas fluctuaciones es esencial para enfrentar esta transición con una mentalidad más positiva y consciente.
Además de la parte hormonal, los cambios metabólicos son evidentes. Con niveles más bajos de estrógenos, el cuerpo tiende a acumular grasa y a perder masa muscular, lo que afecta la energía y el bienestar general. Sin embargo, el enfoque en la alimentación y el ejercicio puede marcar una diferencia significativa. Incorporar más proteínas y grasas saludables, junto con el entrenamiento de fuerza, ayuda a estabilizar la glucosa y a mantener la salud ósea. En lugar de ver la menopausia como un descenso, se propone un nuevo equilibrio, donde las mujeres pueden aprender a adaptarse y a encontrar en esta etapa una nueva forma de vida más saludable y plena.
Leer noticia completa en 20minutos.