La reciente implementación de la Ley de Creación y Crecimiento de Empresas, popularmente conocida como Ley Crea y Crece, está redefiniendo el panorama de la gestión empresarial en España. Diseñada con el objetivo de impulsar la creación de nuevas empresas, combatir eficazmente la morosidad y fomentar la digitalización, esta legislación trae consigo un conjunto de medidas que prometen transformar el modo en que empresas y autónomos operan, destacando particularmente la obligatoriedad de la facturación electrónica.
El principal propósito de este paquete normativo es allanar el terreno para el surgimiento de nuevas iniciativas empresariales. Una de las innovaciones más notables es la simplificación de los trámites para la constitución de empresas, ahora permitiendo la creación de sociedades limitadas con un capital social mínimo de tan solo un euro. Este cambio, junto con el fomento de métodos de financiación alternativa como el crowdfunding, pretende facilitar el nacimiento y desarrollo de nuevos proyectos.
Uno de los ejes principales de la ley radica en su apuesta por la modernización del tejido empresarial español a través de la digitalización. La implementación de la factura electrónica es un ejemplo palpable de esta transformación. Esta obligatoriedad, que se implementará de forma gradual según el volumen de facturación de las compañías, tiene como objetivo reducir la morosidad y mejorar el control fiscal, además de integrarse en un entorno tecnológico más avanzado.
El calendario de implementación de la facturación electrónica ha sido minuciosamente planificado. Comenzará a finales de 2024 o principios de 2025 con las empresas de mayor envergadura, extendiéndose posteriormente a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y a los autónomos. La normativa también exige ciertos requisitos como el seguimiento del estado de las facturas, la utilización de firma electrónica y el empleo de un formato estructurado estándar para su procesamiento automático, asegurando así la transparencia y eficiencia en las transacciones.
En conclusión, la Ley Crea y Crece representa un avance significativo dentro del marco legislativo español. No solo busca generar un entorno más favorable para el emprendimiento, sino que también tiene la intención de adaptar el tejido empresarial a las exigencias de la era digital. Al promover procesos más ágiles, transparentes y efectivos, esta ley se erige como un pilar fundamental para el futuro empresarial del país.