En una reciente entrevista, Javier García Campayo, experto en mindfulness y salud mental, aborda la relación entre la alimentación y el bienestar emocional. Según Campayo, comer debería ser una experiencia libre de restricciones estrictas y enfocada más en el disfrute y la conciencia del acto en sí. Enfatiza que las pautas alimenticias no deben centrarse únicamente en limitar alimentos o cantidades, sino en atender el hambre emocional que a menudo acompaña la alimentación. Campayo señala que comer es una acción profundamente ritualizada e influenciada por aprendizajes adquiridos a lo largo de la vida, lo que puede distorsionar la relación con la comida y generar ansiedad.
El experto plantea que al modificar el enfoque hacia una alimentación más consciente y menos restringida, las personas pueden lograr un mayor equilibrio emocional. García Campayo sugiere que, al estar más presentes durante las comidas y entender los mensajes emocionales detrás de las elecciones alimentarias, se puede reducir el comportamiento impulsivo de comer por estrés o tristeza. Este cambio de perspectiva facilita un acercamiento más saludable y sostenible a la dieta, promoviendo no solo un mejor control del peso, sino también un bienestar mental integral.
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