La tradicional imagen de un cloud privado suele evocar potentes servidores empresariales y hardware costoso. Sin embargo, Pablo del Arco, ingeniero, ha logrado desmontar este paradigma mostrando que es posible crear una infraestructura privada plenamente funcional con una Raspberry Pi 4 y OpenNebula 7.0, todo por menos de 50 euros.
La reciente versión de OpenNebula ha revolucionado el escenario al ofrecer compatibilidad nativa con ARM64, permitiendo que dispositivos económicos y de bajo consumo energético ejecuten la misma plataforma que se aplica en entornos corporativos. Este desarrollo no solo ofrece un experimento doméstico, sino que se erige como un modelo eficaz para implementaciones de edge computing en sectores industriales, energéticos y de movilidad.
El edge computing, que incrementa la generación de datos fuera de los centros de datos tradicionales, demanda infraestructuras que hasta ahora requerían plataformas pesadas o no preparadas para la producción. OpenNebula 7.0, conocida como «Phoenix», aborda este reto con innovaciones como el soporte ARM de serie con paquetes precompilados, planificación inteligente con IA para la ubicación de máquinas virtuales y automatización de migraciones, además de un despliegue híbrido y multicloud para unificar el edge, centros de datos privados y nubes públicas.
Este enfoque abre oportunidades concretas como el entrenamiento federado de IA en redes distribuidas, orquestación energética en subestaciones, analítica en tiempo real para IoT, nodos seguros para movilidad inteligente y servicios autónomos en ubicaciones remotas.
El montaje de este cloud privado requiere mínimos componentes: una Raspberry Pi 4B (con un mínimo de 4 GB de RAM), almacenamiento preferiblemente en SSD USB, conexión de red por Ethernet y un sistema operativo de 64 bits. Todo ello se complementa con el instalador MiniONE para desplegar un nodo OpenNebula con hipervisor KVM y una red privada lista para ser utilizada.
Este avance demuestra que lo que antes era solo un concepto ahora se convierte en una opción factible para infraestructuras edge. Con una flota de Raspberry Pi, es posible establecer una red distribuida, segura y eficiente, revolucionando sectores que demandan flexibilidad y tecnología descentralizada.
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