Las inversiones en eficiencia energética han evolucionado significativamente, con beneficios que van más allá de meros ahorros en la factura eléctrica. Un ejemplo de este cambio son los Certificados de Ahorro Energético (CAE), que permiten a las empresas monetizar los kilovatios ahorrados, convirtiéndolos en una fuente de ingresos adicional. Este innovador mecanismo, respaldado por la Asociación de Empresas del Metal de Madrid (AECIM), fue el tema central de una reciente tertulia organizada por el sector y titulada «Metal Empresarial». Durante el evento, expertos compartieron cómo aprovechar estos certificados y sus múltiples beneficios económicos.
Según la coordinadora del Área de Sostenibilidad y Medio Ambiente de AECIM, Marta Carnero, un CAE es un «documento digital que certifica la cantidad de energía ahorrada tras implementar medidas de eficiencia energética». Las medidas abarcan desde la sustitución de vehículos de combustión por eléctricos, hasta la mejora de compresores, iluminación y climatización en instalaciones. Estos certificados son comercializables, lo que significa que pueden transformarse en un ingreso que muchas empresas ignoran. Además, se ha establecido un efecto retroactivo desde enero de 2023, permitiendo que las recientes inversiones también se beneficien.
María I. Cubillo, directora general de SinCeO2, explica que la obtención de un CAE comienza con una documentación exhaustiva de las mejoras realizadas. El proceso incluye verificaciones por parte de un gestor especializado, un verificador independiente y la administración pública. Cubillo destaca la eficacia del sistema, indicando que en 2024 gestionaron un 22% de expedientes singulares sin rechazo administrativo.
El potencial de los CAE no se limita a un solo sector. Arturo Cardenal de EMOVILI señala el caso de la movilidad eléctrica, donde ayudan a clientes que han transformado su flota para obtener un beneficio económico adicional. Otras aplicaciones incluyen cambios de compresores e iluminación en industrias, y renovaciones energéticas en hoteles.
A diferencia de las subvenciones convencionales, los CAE dependen del ahorro energético generado, no de la inversión inicial. Cubillo aclara que se calcula el ahorro energético y se recibe un pago correspondiente, lo que permite a las empresas optimizar sus inversiones para maximizar tanto la eficiencia como el retorno económico. Los CAE pueden cubrir entre el 30% y 40% de la inversión, y en algunos casos, el retorno económico puede superar el coste inicial. Además, son compatibles con ayudas públicas como el Plan MOVES para vehículos eléctricos.
Las empresas interesadas en aprovechar este recurso pueden contactar con AECIM, que ofrece asesoramiento y conecta con gestores especializados, permitiendo convertir inversiones en eficiencia energética en ingresos directos en un plazo de seis a nueve meses.