Un atentado en la región de Baluchistán, situada en el suroeste de Pakistán, ha dejado un saldo de víctimas considerable, aumentando la tensión en una zona ya afectada por frecuentes disturbios. El evento, que tuvo lugar en una concurrida área urbana, fue rápidamente reivindicado por el Ejército de Liberación de Baluchistán, un grupo separatista que busca la independencia de la región, rica en recursos naturales pero sumida en la pobreza. Las autoridades locales han intensificado las medidas de seguridad, mientras que el gobierno central ha condenado enérgicamente el ataque, prometiendo llevar a los responsables ante la justicia.
Este atentado agudiza la inestabilidad en Baluchistán, donde se entrelazan intereses geopolíticos y económicos a causa de sus ricos yacimientos minerales y estratégicas rutas comerciales. Las demandas históricas del Ejército de Liberación de Baluchistán reflejan un descontento profundo con el gobierno central, acusado de explotar los recursos de la región sin un retorno equitativo para sus habitantes. Este grupo, considerado como una organización terrorista por Pakistán, ha intensificado sus acciones en los últimos meses, lo que ha llevado a un aumento en la militarización de la región por parte del Estado. La comunidad internacional sigue con atención el desarrollo de la situación, preocupada por el potencial escalamiento del conflicto.
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