En medio de un panorama global marcado por el conflicto y la adversidad, varias crisis humanitarias han emergido o se han intensificado, capturando la atención y preocupación de la comunidad internacional.
En la Franja de Gaza, la reanudación de los bombardeos israelíes ha obligado a más de 124.000 personas a abandonar sus hogares, según denuncias de organizaciones humanitarias. El coordinador humanitario de las Naciones Unidas, Tom Fletcher, ha resaltado la gravedad de los informes que llegan desde la región. Se ha reportado un aumento alarmante de ataques a trabajadores sanitarios, ambulancias y hospitales, que luchan por asistir a los heridos en medio de las hostilidades. Fletcher enfatizó la necesidad de proteger estas instalaciones y al personal médico mediante una declaración en su cuenta de X, exigiendo el cese de los ataques.
Desde el 18 de marzo, los enfrentamientos han resultado en la muerte de más de 50.082 personas, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. En los días recientes, solo se han registrado 730 muertes y más de 1.367 heridos. La situación se agrava con el bloqueo impuesto por Israel que impide la llegada de ayuda humanitaria, profundizando la carestía de alimentos y disparando los precios. La ONU clasifica la situación en Gaza como una catástrofe humanitaria y hace un urgente llamado internacional para el levantamiento del asedio.
En otro frente de crisis, ONUSIDA ha alertado sobre el posible incremento de muertes por sida, hasta diez veces, debido a recortes significativos en la financiación por parte de Estados Unidos, que históricamente ha sido el principal donante. La directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, advirtió sobre el sombrío panorama que implicaría más de seis millones de muertes y un aumento de 8,7 millones de nuevas infecciones en los próximos cuatro años.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud ha subrayado la amenaza que representan los recortes en la financiación para combatir la tuberculosis. Esta enfermedad sigue siendo la más letal de las infecciosas, con más de un millón de muertes anualmente. La OMS urge a la comunidad internacional a canalizar recursos para sostener y avanzar en esta lucha sanitaria global.
Mientras tanto, en Afganistán, el tercer aniversario de la prohibición que limita el acceso de las niñas a la educación secundaria resalta un problema adicional. La restricción, si no se revierte, privará a más de cuatro millones de niñas de continuar su educación más allá de la escuela primaria, elevando el riesgo de matrimonios infantiles y una carencia crítica de trabajadoras sanitarias capacitadas. UNICEF ha logrado que 445.000 niños y niñas accedan a la educación, pero continúa presionando a las autoridades afganas para un cambio inmediato en las políticas educativas.
Estas tragedias evidencian la necesidad urgente de acción y colaboración internacional para mitigar el sufrimiento humano y promover un futuro más equitativo y seguro para los afectados por estas crisis globales.